sábado

¿Y si..?

Estimados,


Ante todo quiero pedirles disculpas por no haber podido actualizar antes. Más de un proyecto me tiene por demás ocupado, y es difícil delinear prioridades. Sepan sin embargo que no dejo de leer sus mails, y los contestaré en cuanto me sea posible.

En esta oportunidad deseo abocarme a una consulta bien sencilla pero bastante filosófica, que tiene mucha vigencia por estos días. Nos escribe María Lola:

“Estimado Profesor, después del megaéxito de Big Brother,y no es que me sienta
paranoica, o dicroica, pero me ha-acogido (de acoger), ésta duda y quisiera que
me ayude:

Si partimos de la base de que vemos la TV a través de sistemas
de cámaras y ondas; ¿podemos suponer que los TVs tengan también cámaras y ondas,
y que nos estén viendo desde otro lugar?
Gracias por todo

Saludos
cordiales
María Lola “




Como les decía, este asunto tiene plena vigencia, como bien lo menciona María, en relación a el Gran Hermano y similares. Seguramente muchos estarán ya pensando en The Truman Show, 1984, o Un mundo feliz (incluso más de uno recordará, sin dudas, el episodio de los Simpsons y el bate de béisbol). Sin dudas que el asunto es interesante, y para tener en cuenta.


Para empezar, y un poco al margen, me gustaría mencionarte María la dicotomía que se presenta en tu primera oración: no estás paranoica, me contás, pero me aclarás de qué verbo derivado “acogido”. No te preocupes, no creo que nadie haya podido jamás pensar en otra cosa, los lectores de esta bitácora son todos gente de bien.

Ahora sí, yendo a tu consulta, debo decirte que es bien astuto tu razonamiento. Porque, como bien decís, vemos a través de cámaras, y ondas. Pero ¿qué cámaras? Y, por supuesto ¿qué onda?

Porque suponte que te encontraras con un programa de televisión, que sin dudas llega a vos por medio de cámaras y ondas, que transmitiera por ejemplo desde la cámara de diputados (o senadores, sería igual). ¿Sería un programa con onda? (si pensáramos que si tendríamos que volver a preguntarnos “¿qué onda?”). No hablar de que, por ejemplo, en esta cámara de diputados o senadores se hable de la Cámara Argentina de Pochocleros, o de la cámara de aire de las nuevas zapatillas, o, peor aún, de una recámara.
Como podrás ver, este tema sería muy complejo, tal vez sea mejor dedicarnos sólo a lo otro:

Es claro que los televisores no vienen munidos de cámaras, al menos no por el momento. Sin embargo, sí es cierto que tendría sentido pensar en revertir el proceso de formación de ondas para lograr que el proceso fuera transmitido de forma inversa y proporcional de vuelta al origen, sin dudas. Pero parece poco probable por el momento. Por supuesto que la ciencia tiene todavía caminos infinitos que andar, y que las fuerzas del control están siempre acechando: no debemos descuidarnos un momento.

Y para terminar me gustaría volver al comienzo: me decías que no estabas paranoica. ¡Y cuánto me alegro! Ahora, pensá en esto: ¿probaste alguna vez de usar un parlante como micrófono? Probalo en tu ordenador, y después me contás tus conclusiones.


¡Saludos cordiales a todos!

lunes

Medio Oriente Medio

Estimados amigos:

En esta oportunidad intentaré echar un poco de luz sobre las dudas de nuestra querida Mónica. Nos dice:


“Estimado Prof. Glissendorf:

Desde ya muchas gracias por haber abierto un espacio donde los ignorantes
natos y adquiridos podamos embebernos de tanto conocimiento para resolver
cuestiones tan imperativas que nos acechan en la actualidad.

Leyendo en el diario, diariamente, uno no puede dejar de alarmarse con las
guerras territoriales entre Palestinos e Israelíes.

Mi consulta es la siguiente: ¿Dónde está la otra mitad del Medio Oriente?
¿No estará ahí la solución al conflicto?

Espero que la pregunta no sea conflictiva.
Atentamente esperaré su respuesta,

Mónica B
.
http://desdesonoma.blogspot.com

PD: cuando iba a la universidad en Bahía Blanca tenía una compañera que era
de Oriente. Nunca se me ocurrió preguntarle ya que en esa época no tenía mayores
preocupaciones que los normales a esa edad y no me importaba ni Medio lo que
ocurría en el resto del mundo.”



Ante todo, Mónica, debo decirte que soy yo quien agradece infinitamente que todos ustedes se tomen el tiempo y la molestia, no sólo para pasar por aquí, sino también para escribir correos. (Y aprovecho para pedir disculpas por los correos atrasados, ya los iré contestando a medida que las obligaciones me lo permitan).


Yendo directamente al tema que nos ocupa, te comento Mónica:

Allá por el año 1850, en Inglaterra, empezaron a notar que había una zona del planeta que les venía por demás en conveniencia si de comercio se trataba (sin nombrar sus riquezas naturales). Pero de esto vos y todos ya sabés bien, porque vos me preguntás por la otra mitad. Y para explicar la otra mitad, tendría que empezar explicando ésta. Que en realidad no existe.

No, por favor, no piensen que deliro, no dejen de leer! Es que, fijate Mónica, qué simple que es. Esta gente empezó a notar lo interesante de esta zona, y si bien en lo formal se la refería de diversas formas, más o menos correctas, en la impunidad del “off the record”, en la penumbra de las oficinas oficiales, en las tertulias de los pudientes, se empezaba a gestar otro término: ¿oíste alguna vez hablar de “Oriente Medio”?

Sí, seguro que alguno lo descubrió ya. Y es que todos dijimos alguna vez, refiriéndonos a algo de muy buena calidad o de ventajosa importancia, que era “jamón del medio”. Sólo que en este caso, allá por el 1850, no se referían a jamón, sino a Oriente. Después, sólo hiz ofalta el paso del tiempo, para que la frase mutara y/o se deformara lo suficiente como para llegar así hasta nuestros días.

Creo que, sin quererlo, maté dos pájaros de un tiro!


Espero haberte sido de alguna utilidad. ¡Hasta la próxima!

domingo

Los Hacendados

Estimados amigos,

Hoy estamos con la consulta del amigo Manso (que según he podido corroborar no tiene ningún parentesco con Leonor). Dice el caballero:

“Buen dia Profesor:

En éstos tiempos de confrontaciones campo con el el gobierno y su productividad surge una pregunta fundamental relacionada con las actividades campestres de estancieros y hacendados.

Profesor ¿Los Hacendados, ¿hacen dados?

A la espra de su sabia respuesta
Saludos cordiales

Manso Tranquilo”




Ante todo, Manso, te agradezco la participación. Lamentablemente no me dejás la dirección de tu bitácora o sitio en la red para que todos podamos conocer tu morada virtual, que sin duda debe ser bien interesante.

Y puedo inferir que así ha de ser por el tenor de tu pregunta. Ala vera de las tautologías, a la margen de la ortografía, al costado de Mafalda, allí descansa tu pregunta, tu tan acertada visión. Y por supuesto que nunca un momento tan oportuno.

En efecto, Manso, los hacendados hacen dados. Y desde hace ya mucho, esto no es una práctica novedosa en lo más mínimo. Verás, lo que hoy se conoce como dado fue originalmente un elemento llamado “taba”, que no es más que el nombre vulgar que se le otorga en el campo al astrágalo de los animales (un huesito en la zona del pie). Aún hoy estas tabas son utilizadas para jugar a un juego que, ingeniosamente, fue denominado “La taba”.

Como te podrás imaginar, esta gente empezó a mejorar el asunto, tanto que a la larga, además de tener diversas formas y ciertas características puntuales, empezaron a contener otra información, como ser números, nombres, o dibujitos. Esta era la manera de divertirse que encontraba esta gente (si hablamos de la Argentina tenemos sin duda que pensar que se trataba de españoles) que, entre tanto campo y tanto ganado (y tanto dinero) veía a los peones sudar y su tiempo transcurrir sin más.

Los había en todos lados, y eran bien conocidos en las tabernas de los pueblos, en la barracas, y en las pulperías. Y como ya se sabe, la gente es mala y comenta. Y gente empezó a comentar que esta gente, dicho en buen romance, se rascaba las partes a más no poder, y todo el día dale que dale con esto de hacer dados. Y era común ver que por lo bajo, en los rincones, alguien preguntara “¿y esos?”, en clara referencia a un grupo de bienvestidos que tomaba sin culpa y se dedicaba a la jarana. La respuesta no se hacía esperar: “hacen dados”.

Por supuesto, para el momento que alguien llegó a llevar estas palabras al papel, el espacio se había perdido, y ambas palabras habían sido fundidas en cálida comunión. Y aún hoy esos son para nosotros los “hacendados”.


Espero haberte sido de alguna utilidad, y recordá siempre que el placer es mío. Gracias a vos y a todos una vez más.

¿Osos homosexuales?

¿Qué tal amigos?
Recién llegado de un viaje del que en breve les contaré más detalles, me encuentro con el mail de Juan Pablo:


“Estimado profesor, quisiera que me devele la siguiente incógnita que por éstos días está superando mi vida acortandome las horas de sueño: Como en la mayoría de los vertebrados existe (supongo) la homosexualidad, el caso de los osos polares no escapa a dicha regla. En ese caso ¿se trataría de osos bi-polares?.

Gracias por compartir su sapiencia con nosotros.
Saludos cordiales.
Juan Pablo
http://pradero.com




Empezaré por agradecer tus palabras, Juan Pablo: Gracias por tus palabras, Juan Pablo. Y antes de pasar a la consulta, dejame que te diga que no debés preocuparte porque tus horas de sueño se acorten: siempre podés compensar. Yo tuvo, allá lejos y hace tiempo, un colega que dormía, en promedio, doce horas de treinta y siete minutos cada una, y puedo asegurarte que gozaba de un excelente semblante.

En relación al sexo entre vertebrados, y más particularmente a la homosexualidad, podría escribirse largo y tendido (aunque ser petiso y estar sentado no tendría nada de malo), pero trataré de ceñirme a tu consulta, la cual posee algunos datos bien certeros, y otros que no tanto.

Los vertebrados, como bien mencionás, suelen mostrar rasgos homosexuales; y los osos polares no son la excepción. También, es cierto, existen bipolares. Pero los primeros no son los segundos. Los osos polares han demostrado un comportamiento que sólo ha sido observado además en el Hispanian Solenodon, en el antílope Hirola, y en algunos rockeros.

Como sabrán, el oso polar vive en un paisaje casi por completo balnco, en temperaturas de extremo frío, en clima ciertamente húmedos, con una flora y fauna ciertamente limitada. A esto debemos sumarle que el oso polar tiende a ser miope, y un tanto débil de carácter.

Y tal vez por su miopía, o por su debilidad de carácter, aunque también por lo monótona de la flora y fauna, y por el frío y la humedad, y por los largos períodos de hibernación, o tal vez por mero gusto, es que los osos polares han demostrado tener un comportamiento que los científicos han dado en llamar Síndrome de Villenhaimn, y que no es más que el equivalente científico para el ya popular “cualquier bondi lo deja bien”.

Si leíste con atención y cierta perspicacia, Juan Pablo, habrás adivinado ya que los osos polares, más que hetero u homosexuales, son en general bisexuales. De ahí que en la jerga, y siempre off the record, se los denomine bipolares.


Espero haberte sido de utilidad. Aprovecho para saludarte a vos, Juan Pablo, y a todos nuestros visitantes que, si mi asistente y sus estadísticas no fallan, son cada vez más. Muchas gracias.

Saludos cordiales.

sábado

In-a-gadda-da-vida

Esta vez la consulta es de Marcos, en relación a un tema por demás interesante, que ha despertado más de una inquietud:


"Mientras chusmeo su blog, estimado Profesor, el random del Winamp me pone un glorioso tema de una banda increíble, In-a-gadda-da-vida de Iron Buterfly.
No puedo evitar apelar a sus vastos conocimientos para ver si puedo lograr desterrar esta duda que hace años me persigue: ¿cuál es el verdadero significado de estas palabras? ¿es cierto que esconden un sentido místico, casi profético? ¿o están acaso relacionadas a lo sexual? ¿debemos preocuparnos?
La lista de preguntas podría seguir, pero prefiero dejar simplemente que usted me desasne."





Desde ya agradezco tu pregunta Marcos, creo que más de un lector te va a estar agradecido por haberla formulado.

Mucho se ha especulado al respecto del verdadero significado de estas palabras, y no muchos conocen la verdadera explicación. Algunos han hecho correr el rumor, no poco ingenioso, de que el tema se llamaba originalmente "In the garden of Eden", y que algún problema en la dicción del tecladista de la banda complicó el asunto. Nada más alejado de la verdad. No sólo Doug Ingle no tenía ningún problema de dicción, sino que además, cualquier conocedor de la lengua inglesa sabrá que no hay manera de que Eden pueda ser pronunciado como Vida.

Otra teoría, tal vez derivada de la anterior, insinuaba que el viejo Doug podía haber estado bajo los efectos de alguna sustancia, y tal vez por eso haberse visto en problemas para pronunciar al supuesto título. No sólo vuelve a aplicarse lo mencionado ut supra, sino que es bien sabido que Doug no tomó drogas nunca en su vida, salvo cuando lo hizo, pero este claramente no era el caso.

Una tercera versión, un poco más lisérgica, indicaría que Doug paseaba por el vecindario un día por la noche, cuando vio a su vecina, Davida, siendo atacada por un malviviente. Paralizado por el miedo, piensa qué hacer. Al darse cuenta que su escuálida condición física no lo favorecería al pelera con el malhechor, Doug echa a correr hacia el estudio, que se encontraba a la vuelta de la esquina. Irrumpe en el control al grito de "Endagada Davida!". Según esta hipótesis, Doug intentaba decirles a sus compañeros que Davida había sido herida con una daga, pero el nerviosismo del momento le jugó una mala pasada a la hora de hablar. Lamentablemente, y por muy poética o altruista que pueda resultar esta versión, es por demás falaz: Doug no tenía ninguna conocida de nombre Davida.

Como dije, son estas historias muy pintorescas e ingeniosas, pero vale más remitirnos a los hechos:


La banda se encontraba grabando el tema en cuestión cuando, una cálida tarde de marzo, cuando el técnico de sonido notó que faltaba un cenicero. Claro que no era un cenicero cualquiera, sino que era el cenicero que él mismo se había permitido llevarse de aquel hermoso hotel en las afueras de Barbuda al que fuera en su malograda luna de miel. Doug, que estaba presente en el momento del descubrimiento, montó en cólera. Automáticamente, y fiel a su espíritu desconfiado, desconfió de David, el chico que servía el café y compraba las pizzas. Como solía pasarle cuando se ponía nervioso, las palabras se le atragantaron al salir, y el tono fue aquel que lo embargaba ante las emociones fuertes, y el idioma, el de sus ancestros por parte de padre. Fuera de sí, como quien da una orden, gritó: "Indagar a Davida!" La "a" final evidencia el estado en el que estaba Doug, que solía agregar vocales al final de las palabras cuando lo traicionaban los nervios.

La escena quedó fuertemente grabada en la memoria de sus compañeros, sobre todo de aquellos que no hablaban español, y en homenaje a aquella situación, se bautizó el tema.

Como dato de color, cabe agregar que el pobre David nada tenía que ver con el asunto. Con el tiempo se supo que el cenicero había sido birlado por un integrante de otra banda, del cual, por decoro, no diremos el nombre.

Por cuanto me he extendido ya mucho en este post, dejaré para más adelante la relación entre Doug y Mariano Closs, que no por simple es menos interesante.

domingo

El fraude de Hanoi

Queda claro que mi estimadísimo SGGGHHIII se encuentra ávido de conocimiento. Nos dice en un segundo mail:


Profesor usted conoce muy bien la antigua leyenda sobre las torres de Hanoi y la duracion del mundo.
¿Es posible que la profecia no tomara en cuenta el poder de los modernos ordenadores y que el mundo llegue a su fin digamos: hoy a las seis de la tarde?



Hace bien en decir que conozco la leyenda, y entiendo que muchos de ustedes, sino todos, la conocen también.
Es por demás acertado relacionar esta profecía con los modernos ordenadores.
Verás, en tiempos en que la profecía fue realizada, se estimaba que los monjes pasarían su vida dedicados a mover anillos, y que el final era, sino inminente, seguro. Sin embargo, no se tomó en cuenta que avanzaría la tecnología, y los ordenadores (el PC) estarían en las casas de todos los parroquianos. Mucho menos se imaginó que la gente se pasaría horas entera con el ratón en la mano.
Y en ese olvidarse, o no preveer, se obvió el tema "internet". El poder de internet fue, y es, tan grande, que los monjes hace ya rato que han dejado de mover discos, para dedicarse a administrar sus Facebook y MySpace (se cree incluso que uno o dos tendrían Fotolog).

De todos modos, no debemos olvidar que, aún cuando los monjes hubieran seguido quitando y poniendo discos, nada le hubiera sucedido al mundo, no por culpa de ellos al menos. Y es que el verdadero fin del mundo está íntimamente relacionado, y de manera casi exclusiva, con la Teoría de las cuerdas y el gravitón (el ritmo que se viene) desarrollada, primigeniamente, por Soquístides en el sigloVI A.C.

Los pobres monjes, como te podrás dar cuenta a esta altura, fueron timados por el gracioso del condado, un tarotista mitómano que abusó de su buena voluntad y fe.

De las preguntas, las respuestas, los comentarios y las albóndigas fritas

Pronto a inaugurar el blog, llegó el mail de SGGGHHIII, que resulta por demás apropiado para aclarar algunas cuestiones que harán la convivencia más armónica y florida (y lavalle). Nos dice:

¿Me puede contesar la pregunta en la seccion comentarios de su pagina?

La respuesta es casi más sencilla que aquella de los patos: no.
(Hacemos extensivo el concepto a toda posible instancia futura de la misma índole)


Las albóndigas fritas, por otro lado, son mucho más ricas que las hervidas.

sábado

¿Adónde van los patos en invierno?

Una de las primeras preguntas que recuerdo me hayan hecho, y una de las que resultaron más populares, fue formulada por un joven universitario de aspecto desgarbado que se sentó a mi lado en un banco la biblioteca mientras yo revisaba El gran libro del filatelista moderno.

"¿Sabe Ud. por casualidad adónde van en invierno los patos del lago que está en Central Park South?", me espetó, sin siquiera mediar saludo.

Me tomó por sorpresa, y por un segundo quedé atónito: la pregunta era por demás simple, y la respuesta, ¡obvia! Es claro que los patos no van a un lugar, porque no tendría sentido que todos los patos fueran al mismo lado, y no a todos los patos les gustan las mismas cosas. ¡Los patos van donde quieren, por supuesto, porque este es un país libre!

Si bien es cierto que son muchos los que eligen el cine y los espectáculos a la gorra, también los hay que visitan a sus tías, o compran pochoclo fresco. No son pocos los que compran gorro, bandera y vincha, y se van en banda a ver el Super Tazón (incluso algunos han protagonizado desafortunados episodios con desmanes y destrocos).

Ha habido versiones que intentaron popularizar la idea de que los patos no eran más que agentes encubiertos del gobierno, pero por supuesto que esto nunca ha podido ser probado.

En suma: ¿adónde van los patos? ¡A dónde les da la gana!

Claro que, nunca terminé de darle esta respuesta: parece que el pobre de Jerome era más feliz con la pregunta que con la respuesta, y en cuanto empecé a entrar en detalles, huyó despaborido al grito de "¡Sacrílego!".