domingo

Los Hacendados

Estimados amigos,

Hoy estamos con la consulta del amigo Manso (que según he podido corroborar no tiene ningún parentesco con Leonor). Dice el caballero:

“Buen dia Profesor:

En éstos tiempos de confrontaciones campo con el el gobierno y su productividad surge una pregunta fundamental relacionada con las actividades campestres de estancieros y hacendados.

Profesor ¿Los Hacendados, ¿hacen dados?

A la espra de su sabia respuesta
Saludos cordiales

Manso Tranquilo”




Ante todo, Manso, te agradezco la participación. Lamentablemente no me dejás la dirección de tu bitácora o sitio en la red para que todos podamos conocer tu morada virtual, que sin duda debe ser bien interesante.

Y puedo inferir que así ha de ser por el tenor de tu pregunta. Ala vera de las tautologías, a la margen de la ortografía, al costado de Mafalda, allí descansa tu pregunta, tu tan acertada visión. Y por supuesto que nunca un momento tan oportuno.

En efecto, Manso, los hacendados hacen dados. Y desde hace ya mucho, esto no es una práctica novedosa en lo más mínimo. Verás, lo que hoy se conoce como dado fue originalmente un elemento llamado “taba”, que no es más que el nombre vulgar que se le otorga en el campo al astrágalo de los animales (un huesito en la zona del pie). Aún hoy estas tabas son utilizadas para jugar a un juego que, ingeniosamente, fue denominado “La taba”.

Como te podrás imaginar, esta gente empezó a mejorar el asunto, tanto que a la larga, además de tener diversas formas y ciertas características puntuales, empezaron a contener otra información, como ser números, nombres, o dibujitos. Esta era la manera de divertirse que encontraba esta gente (si hablamos de la Argentina tenemos sin duda que pensar que se trataba de españoles) que, entre tanto campo y tanto ganado (y tanto dinero) veía a los peones sudar y su tiempo transcurrir sin más.

Los había en todos lados, y eran bien conocidos en las tabernas de los pueblos, en la barracas, y en las pulperías. Y como ya se sabe, la gente es mala y comenta. Y gente empezó a comentar que esta gente, dicho en buen romance, se rascaba las partes a más no poder, y todo el día dale que dale con esto de hacer dados. Y era común ver que por lo bajo, en los rincones, alguien preguntara “¿y esos?”, en clara referencia a un grupo de bienvestidos que tomaba sin culpa y se dedicaba a la jarana. La respuesta no se hacía esperar: “hacen dados”.

Por supuesto, para el momento que alguien llegó a llevar estas palabras al papel, el espacio se había perdido, y ambas palabras habían sido fundidas en cálida comunión. Y aún hoy esos son para nosotros los “hacendados”.


Espero haberte sido de alguna utilidad, y recordá siempre que el placer es mío. Gracias a vos y a todos una vez más.

3 comentarios:

Juan Pablo dijo...

Muy groso, profesor.
Qué digo profesor?: Doctor!.
Qué digo Dotor?: Juez y parte!
Qué digo parte?: Todo!
Qué digotod.. Púm!!

En fin, otra gran entrega de sabiduría para toda la humanidad, toda.

Saludos cordiales.

Minombresabeahierba dijo...

Doctor, Gracias por iluminarme con tan sabia respuesta sobre la actividad de los hacendados, ya que esta duda venía desde mi infancia cuando Mafalda se hizo tal pregunta sin respuesta y que Quino nos quizo dejar con la duda existencial. Con todo gusto dejo mi pagina web a la que toda visita será bienvenida que es http://minombresabeahierba.blogspot.com/ saludos muy cordiales y sin duda lo tengo a Ud. dentro de mis link importantes. Manso Tranquilo

Prof. Glissendorf dijo...

Muchas gracias por vuestras palabras.

Saludos cordiales.